Por norma general algunos de los efectos de la quimioterapia en la piel son la sequedad, picazón, enrojecimiento u oscurecimiento o descamación. Además, otro de los efectos secundarios del tratamiento es que la piel se vuelve muy fotosensible, es decir que es propensa a quemarse al sol con facilidad.
En algunas personas otro de los efectos secundarios es el cambio en la pigmentación de la piel y en el estado de las uñas, que se pueden oscurecer y volverse quebradizas.
Los tratamientos de radioterapia también causan sequedad, descamación, picazón y enrojecimiento de la piel en la zona donde recibe la radiación.
Por todo ello, es fundamental realizar tratamientos hidratantes, tanto facial como corporal para contrarrestar los efectos que la quimioterapia o la radioterapia deja en la piel. Estos tratamientos además de hidratar relajan y como consecuencia proporcionan bienestar.